19 jul 2010

Cuenca felina

Hoy lunes 19 de julio he vuelto a deambular por las calles de la capital del Huécar, tal vez buscando un rato de insolación, tal vez peregrinando al santuario de mis paisanos Francisco de Luna y Yañez de la Almedina. Un recorrido rápido entre las 8:30 y las 11:00 de la mañana. La ciudad vieja a estas horas estaba muy tranquila, si no es por la actividad de estos animalitos, que, como yo, aprovechan este momento del día para echar el jornal y, así, poder tirarse el resto de la mañana panza arriba a la sombra de un bien merecido árbol. Así somos los de la raza felinux conquensis.
El hábil felino conquense ha conseguido adquirir las dotes de camuflarse con el color del adoquinado. Pasa tranquilo ante nuestros pies, sintiéndose invisible, pero con las orejas atentas a nuestra presencia. Por si acaso. Fotografiado junto al museo de arte abstracto.

En el postigo de las Casas Colgadas este felino se encontró con su enemigo natural. Al final el acontecimiento no llegó a las garras, y ambos pudieron continuar con la rutina de su paseo matutino.

Me lo encontré de frente, subiendo la calle de San Martín. Se había escapado de su casa aprovechando la puerta abierta. Su amo le pedía que volviese, pero él estaba atento a otros acontecimientos.
Tras varios intentos serios para una fotografía con profundidad, este cabezón no quería trabajar sino retozar y jugar. Le di por imposible. En el Barrio de Tiradores.

Descubierto mientras mascullaba la digestiva hierba, en las proximidades del puente de San Pablo
 

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