Noche Roja y Gualda

Pues sí señoras y señores, aquel día me encontraba en Ciudad Real dándole a las oposiciones, es decir, en coma social y jovial. No obstante, ni con esas se escapa uno a los logros de La Roja.

Es difícil prestar atención a tantos parámetros pedagógicos en un partido tan reñido. Los chicos, que habían jugado como ángeles contra los teutones, ahora se encontraban contra unos boers sedientos de cenar zulúes o todo lo que se le pasase por delante. Por fortuna, en aquel Campo de Agramante ganaron los buenos, con el arcángel Andresito. Me convencí que era una ofensa a la Competencia Emocional no seguir este partido, y que era una ofensa a la Social y Ciudadana no celebrarlo en el Torreón, asi que dejé tanto decreto y me paseé por lo más bullicioso de la culipardilandia de aquella noche rojigualda. Aquí unas imágenes para el recuerdo...