Un dia al año los infanteños se juntan para comer. Basculan en una piscina un camion de pimientos, otro de tomates, echan una carretilla de sal, unos cuantos bidones de aceite; se contrata a unos cuantos gondoleros para remover y a un técnico en grúas para sacar la artesa del hogar. Con esto los infanteños tienen su ración de pisto y más, porque a tal comida se apunta gente de otros lugares, que vienen a este pueblo sin almorzar a propósito. Entre que el pisto se hace y no se hace, el pueblo bulle de fiesta con un mercadillo cervantino y algún duelo de caballeros de los tiempos que rememoraba Zorrilla.
19 sept 2009
El Pisto 2009
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