Por fín, al mediodía del 6 de agosto llegamos a Santiago. Un tremendo calor húmedo congestionaba a toda la gente, que era mucha, mucha, mucha. Había de todo, peregrinos beatos y no beatos, peregrinos peregrinos y no peregrinos, pulpo a la gallega... Santiago es la Meca.
No hay comentarios:
Publicar un comentario